El Gobierno quería otra vez un acuerdo con los agentes sociales y al final lo ha conseguido. Eso sí, en el último minuto y con más concesiones en materia de rebajas en las cotizaciones. La nueva prórroga de los ERTE hasta el 31 de enero que este martes aprobó el Consejo de Ministros cuenta con el respaldo no solo de los sindicatos, sino también de la patronal, reacia hasta el último momento a dar su apoyo.
El cambio de postura de la CEOE se produjo después de que el Ejecutivo mejorara en la madrugada de ayer las condiciones con una oferta de ultimísima hora. A partir de octubre desaparecen los conocidos como ERTE de rebrote que estaban vigentes desde julio y se distinguen ahora tres tipos, cada uno con unas características y requisitos especiales, pero todos con unas exoneraciones en las cuotas de la Seguridad Social que oscilan entre el 70% y el 100%.
ERTE para los sectores más afectados por la pandemia
Se prorrogan automáticamente todos los ERTE de fuerza mayor vigentes pero sólo para empresas de determinados sectores, aquellos donde la recuperación de la actividad haya sido inferior al 65% y tengan más del 15% de los trabajadores en ERTE. Están relacionados, fundamentalmente, con el turismo (hoteles y otros alojamientos, agencias de viaje, organización de convenciones y ferias), el transporte (taxis, alquiler de automóviles, transporte aéreo, marítimo y espacial), el ocio (salas de espectáculos, cines, actividades recreativas, parques de atracciones, alquiler de cintas de video), pero también abarca a las artes gráficas, la edición de periódicos, la fabricación de joyas, alfombras o equipos fotográficos y ópticos, el comercio de ordenadores, y la fabricación de explosivos. Además, estos ERTE por fueza mayor se extenderán a las compañías que acrediten que al menos un 50% de su facturación depende de las actividades más afectadas por la pandemia. Las exoneraciones serán del 85% para las empresas con menos de 50 empleados y del 75% para las más grandes, tanto para los trabajadores suspendidos como para los que se reincorporen a sus puestos. Se mantendrán las exoneraciones en caso de que estas empresas pasen de un ERTE de fuerza mayor a un ERTE por causas económicas, técnicas, organizativas o de producción.
ERTE por cierre, el más bonificado
Las empresas que tengan que cerrar alguno de sus centros de trabajo como consecuencia de las medidas sanitarias impuestas por las autoridades españolas o extranjeras podrán solicitar un ERTE por impedimento, que sustituye a los de rebrote. Tendrán una rebaja en sus cotizaciones durante el periodo de cierre, y como máximo hasta el 31 de enero, que será del 100% para las más pequeñas y del 90% si tienen 50 trabajadores o más.
ERTE por limitaciones como restricción del horario o aforo
Se trata de una nueva modalidad de ERTE creada para aquellas compañías que vean limitado, aunque sea de forma parcial, el desarrollo de su actividad en algunos de sus centros de trabajo como consecuencia de decisiones o medidas adoptadas por autoridades españolas, como pudieran ser limitaciones de aforo o de horario. De esta forma, los comercios o negocios de hostelería y restauración situados en una zona con restricciones podrán solicitar estas nuevas ayudas los próximos cuatro meses. En estos ERTE las exoneraciones para las empresas más pequeñas serán decrecientes y solo para los trabajadores afectados: del 100% en octubre, 90% en noviembre, 85% en diciembre y del 80% en enero. Con más de 50 empleados, estas exoneraciones se reducen al 90%, 80%, 75% y 70% de octubre a enero, respectivamente.
Protección por desempleo: consume paro en 2022
La ayuda para los afectados se mantiene en el 70% de la base reguladora y podrá acceder cualquier persona aunque no tenga el mínimo de cotización necesario. Pero ahora sí se produce un recorte en los derechos de los trabajadores: los nuevos ERTE consumirán paro si la persona afectada pierde el empleo a partir de 2021, aunque no si es este año o el que viene. Por otro lado, las personas con el empleo suspendido tendrán por primera vez atención preferente para recibir cursos de formación y se pondrán en marcha acciones específicas para este colectivo. «Es un proyecto completamente ambicioso que protege, salva y defiende a todas las empresas y trabajadores de nuestro país», presumió la ministra.