En este año 2020, la edad legal para acceder a la jubilación ha sido de 65 años, con el requisito de haber cotizado 37 años para obtener el 100% de la pensión pública correspondiente al historial salarial y de cotizaciones de cada persona. Esa edad sube a 65 años y 10 meses en el caso de no haber llegado a ese límite de años cotizados. Estas cifras cambian en 2021, con el fin de garantizar las retribuciones públicas de la Seguridad Social por jubilación en el futuro próximo, tras años de reducción palpable de la llamada hucha de las pensiones.
El camino marcado por la reforma de las pensiones en 2013 es el de subida progresiva de esas condiciones. En 2021, para jubilarse a los 65 años con el 100% de la pensión correspondiente será necesario haber cotizado durante 37 años y tres meses. Aquellas personas que no lleguen a esos años cotizados deberán cumplir los 66 años para optar por el retiro. En el plan de ruta marcado por la administración, y si no hay novedades al respecto en los próximos años, se llegará a 2027 con dos dos edades legales de jubilación: 65 años y 67, para aquellos que no alcancen los 38 años y seis meses cotizados antes de ese momento.
Por otro lado, la pensión se calculará desde el 1 de enero según las cotizaciones de los últimos 24 años. En 2022, esa condición se elevará a 25 años. Además, las pensiones mínimas contributivas suben el año próximo aproximadamente entre 2 y 11 euros al mes con la revalorización del 0,9% contemplada en los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2021. En cuanto a las pensiones mínimas, tras esta revalorización quedará en 851 euros en 14 pagas para los jubilados de 65 años con cónyuge a cargo, frente a los 843,4 euros al mes actuales); la de sin cónyuge (unidad económica unipersonal) en 689,7 euros, y la de con cónyuge que no esté a cargo en 654,6 euros mensuales, frente a los 648,7 euros actuales).