Pagar una hipoteca o un alquiler. Este es un dilema que se le presenta a muchas personas que van a cambiar de vivienda y necesitan una nueva en la que vivir. Ambos modelos presentan ventajas e inconvenientes que dependerán de la situación personal de cada uno.
La obligación de realizar una fuerte inversión inicial dificulta que las personas más jóvenes puedan acceder a una hipoteca, por lo que en muchas ocasiones tienen que pagar un alquiler que no requiera grandes gastos de inicio. Pese a ello, encontrar el piso ideal puede resultar una odisea.
Unas cuantas visitas a pisos en alquiler, búsquedas continuas en páginas web y llamadas a inmobiliarias para conocer el estado de los pisos que están en alquiler. Este es un proceso tedioso que se vuelve todavía más complejo cuando los compradores tienen que hacer frente a los pagos.
Uno de los cambios más llamativos con la nueva Ley de Vivienda es que las agencias inmobiliarias no podrán cobrar a las personas que alquilen una vivienda a través de ellos, ya que cualquier retribución tendrá que ser asumida por los propietarios del piso.
Estos cambios tienen como consecuencia la eliminación de la fianza, que obligaba a los inquilinos a pagar un mes como remuneración a la agencia inmobiliaria para que se pudiera cerrar el contrato de alquiler de la vivienda. Este gasto inicial suponía un escollo para muchas personas que no podían acceder a un piso por ese primer desembolso.
ERC y Bildu han presentado un documento en el que explican sus sensaciones sobre el nuevo acuerdo relativo a la Ley de Vivienda: «Se termina así con los abusivos gastos y honorarios inmobiliarios que impiden a muchas personas, especialmente a los y las jóvenes, acceder a una vivienda por el desembolso inicial que supone. El servicio inmobiliario se presta al propietario, y por tanto será este el que deba asumir los gastos que dicho servicio genere».