Durante los primeros compases del año, se ha publicado en el Boletín Oficial del Estado el Plan de Control Tributario y Aduanero 2020, esto es, la guía de trabajo elaborada por la Agencia Estatal de Administración Tributaria (AEAT) para abordar la prevención y control del fraude tributario.
Este año, junto a la identificación de los perfiles de riesgo sobre los cuales la AEAT pone el foco de su atención (entre otros, grupos multinacionales, activos en el extranjero, o los nuevos modelos de negocio basados en la economía digital), se introduce decididamente la tecnología big data en la planificación de las actuaciones de la Inspección de los Tributos.
Así, la institución dirigida por Jesús Gascón marcará el ritmo de sus actuaciones a través del siguiente decálogo:
1.- Asistencia virtual al contribuyente. Para favorecer el cumplimiento voluntario de las obligaciones tributarias, se desarrolla un nuevo servicio de información y asistencia al contribuyente mediante canales de comunicación virtuales.
2.- Borradores de las declaraciones fiscales de empresarios y profesionales. Se exporta el ya tradicional borrador de la declaración de la renta a otras figuras tributarias como el Impuesto sobre Sociedades o el IVA. Para ello, se intensifica la obtención de información del contribuyente a través de la implantación de libros registros telemáticos y otros medios de captación de datos con trascendencia tributaria.
3.- Intercambio de información con el extranjero. Haciendo uso de instrumentos de intercambio de información como el CRS –Common Reporting Standard– o el denominado Country-by-Country Report, se pondrá en práctica un nuevo sistema automatizado de análisis de riesgos en precios de transferencia. Para ello, se utilizará la información disponible sobre operaciones vinculadas.
4.- Control especial sobre bases imponibles negativas y deducciones. La AEAT implementará un plan especial de comprobación sobre aquellos contribuyentes que, de forma reiterada, consignan en sus declaraciones fiscales bases imponibles negativas a compensar y deducciones pendientes de aplicar.
5.- Extensión de la competencia territorial. Para comprobar que los cambios de residencia fiscal entre distintas comunidades autónomas no responden a una finalidad espuria, se hace expresa mención a la posibilidad de autorizar que una delegación de Hacienda lleve a cabo actuaciones en el ámbito territorial de otra delegación.
6.- Gestión informatizada del conocimiento. Con el fin de mejorar la planificación de sus investigaciones, durante el año 2020 la AEAT pondrá en práctica un nuevo sistema de gestión informatizada del conocimiento sobre los principales motivos por los que suele regularizar la situación fiscal de los contribuyentes.
7.- Control sobre grandes patrimonios. Creada en el seno de la Oficina Nacional de Investigación del Fraude, la Unidad Central de Coordinación del Control de Patrimonios Relevantes (UCCCPR) depurará y ampliará el tratamiento de información sobre determinados perfiles de riesgo fiscal.
que cuentan con un patrimonio relevante y muestran determinados perfiles de riesgo fiscal.
8.-Detección de bienes ocultos y rentas no declaradas. Se fija como objetivo prioritario la localización de bienes en el extranjero y el uso de figuras societarias interpuestas. Para ello, la AEAT contará con herramientas informáticas específicas para comprender y analizar las estructuras societarias de grandes patrimonios.
9.- Entradas y registros domiciliarios. Una ya clásica fórmula de inicio de las investigaciones fiscales (el registro domiciliario) se ve potenciada mediante actuaciones conjuntas entre los órganos de gestión e inspección tributaria, así como con visitas y personaciones en procedimientos de recaudación.
10.- Colaboración entre Administraciones. La existencia de tres Administraciones independientes (estatal, autonómica y local) implica que, en ocasiones, la Inspección no tenga una fotografía global sobre la situación tributaria del contribuyente. Consciente de este problema, la AEAT ha marcado como objetivo prioritario un intercambio fluido de información entre las distintas administraciones.
En definitiva, el Plan de Control Tributario 2020, en línea con una constante modernización de sus medios, pretende situar a la AEAT en la punta de lanza de la Administración del futuro. A este ritmo, es imposible predecir cuáles serán las líneas estratégicas del Plan de Control Tributario de 2030, pero lo cierto es que la transformación de la asesoría fiscal es ya una realidad.